Cuando una persona dice amar, y en verdad lo hace, busca la alegría y bienestar de aquel que es depositario de su amor, tratamos de alejar de toda manera aquello que pueda ser de una u otra forma nocivo, peligroso, o riesgoso, aunque algunas veces, terminamos destruyendo lo que con tanto esfuerzo, dedicación amor y cuidado construimos o en otros casos, con anhelo obtuvimos, esto muy a pesar nuestro, pero a consecuencia de nuestra sobre protección olvidamos que no solo aconsejamos con las experiencias previas obtenidas, también lo hacemos con nuestras actitudes presentes, estas últimas pueden estar en nuestra contra, no obstante debemos cuidar de mostrar la realidad de lo que somos constantemente, para que en caso de cometer algún y error y debamos por ley, pedir perdón, se nos pueda creer sin miramientos o sin recelo.
No es sencillo poder mantener una relación establecida por amor, y menos cuando es una amistad, son mundos tan distintos mas con varias similitudes, crianzas distintas, puntos de vista parecidos, y muchos otros conflictos que a pesar de estar tan lejanos, pueden unirse y convertirse en una solo historia que poco a poco se amalgaman, transformando a dos desconocidos en buenos amigos y hasta hermanos, cada circunstancia en la que estos se junten, es una buena oportunidad para afianzar vínculos de fraternidad y confianza.
En realidad es mucha la gente que deambula por las calles en busca de un amor sincero, de un amor fiel, imperecedero y constante, algunos lo buscan en el sexo opuesto, y luego cambian la nomenclatura a enamoramiento, otros mantienen la forma básica temiendo perder la amistad y preservan a una persona al lado para toda la vida pero sin los respectivos conflictos que trae un cambio, y muchos otros tienen la maravillosa suerte de conseguir un amigo del mismo sexo, que puedan amarse y entenderse, y pelearse y ser solo eso amigos, hablo de tener suerte o ser bendecidos por Dios, ya que al tener un verdadero amigo, podremos llenar algunas carencias en primer término, dichas falencias, son un abrazo del algún padre que nunca recibimos, alguna caricia de una madre que se quedo en el anhelo, alguna invitación a un evento de un hermano que no se produjo, o un grito o llamada de atención que siempre necesitamos y nunca nos lo dieron, esas carencias son las que llenamos. En segundo término, podemos nosotros dar cosas que no pudimos dar, abrazos, caricias, gritos, pero ambos se unen en un gran momento, comprensión.
Hablando claro, un amigo es más importante que una pareja, por eso se pide que las relaciones de pareja se inicien en una amistad para encontrar, en algún momento de discusión o problemas, comprensión, asimilación, y acomodación dentro de la adaptabilidad de ambos; pero cuando no se obtuvo eso, es infaltable la presencia de un amigo, para estar ahí cuando no podamos mas con nuestros problemas, cuando no sepamos qué hacer, o cuando después de una ruptura no necesitemos palabras solo alguien que nos permita llorar, y gritar si así lo queremos, eso es un amigo y aun más, hay momentos que el amigo pierde algo, o alguien se le va para no volver o peor aun muere, y su dolor es nuestro dolor, su miedo es nuestro miedo, con una diferencia que el amigo estará ahí sin caer, manteniendo la estabilidad carente en el otro poniendo su mano como sostén evitativa de una caída.
La amistad trasciende de tal manera, que a veces un amigo es más que un hermano en tiempos difíciles o no, opino que Dios nos ha dado un lindo obsequio, el cual no es fácil de encontrar, es como si hubiese esparcido en el campo las semillas y no todas caen en el mismo lugar, por consiguiente las circunstancias de crecimiento no son las mismas a tal punto que algunas mueren, por la carencia de apoyo en la vida, y una vez crecidas y desarrolladas, vuelve Dios y cosecha, del campo, del camino, del pedregal, cosecha aquello que subsistió a la noche, el viento, el frio, el calor, la lluvia o la sequia, y a todos los pone en un mismo lugar, es solo tiempo para que aquellos frutos puedan conocerse todos y aun cuando el níspero y la manzana no tengan más en común que ser frutas, pasa el tiempo y se dan cuenta que para dar frutos, sus arboles tuvieron que luchar años para crecer y recién poder mostrar sus beneficios, aun siendo podados, cuidados o dejados a su propia suerte, pero estos, se conocen hablan y a pesar de que en algún primer momento no se soportaban, logran mirar de tras de tanta cascara y tierra y encuentran un alma gemela que Dios puso ahí, aun siendo de otra raza, nación, etnia, costumbres, creencias, dogmas, estatus social, económico, cultual y mil diferencias mas, y aun así, poder amalgamar como si fueran iguales en todo sentido, pudiendo comprenderse, cuidarse, apoyarse, aconsejarse y llegado el momento, caminar los dos hacia el punto de luz abrazados volteando por última vez la vista, viendo las vidas que tuvieron y que ambos forjaron cada cual pero cerca siempre, una sonrisa final y a encontrarse con su creador.
Este post, no debía haber sido escrito aun, pues pensaba hablar sobre el amor, pues un comentario me dejo en salmuera con respecto a la inexistencia del amor. Anoche tuve un problema con alguien que amo muchísimo, no es la persona que eh elegido para seguir mi vida como pareja mía, pues esa persona solo Dios sabe que aun no puede llegar a mi por x motivos, pero esta persona de la que hablo, la eh anhelado toda mi vida, y no exagero, es un chico increíble, no me alcanzaría las hojas para escribir en ellas lo maravilloso que es, agradezco a Dios por él, pues al fin tengo a alguien de mi mismo sexo que no quiere nada de mi a nivel de pareja, sino a nivel de amigos, hermanos y algunas veces como anoche padres, pues anoche hizo algo que me hubiese gustado que hiciera mi padre alguna vez, y es gritarme, y aconsejarme, ponerme frente a un espejo y ver mis yerros, si bien es cierto me lastimo la forma en que empezó, debo reconocer que es un gran amigo pues se calmo y a pesar de su cólera hablo y no grito.
Nadie es perfecto, ni aun los amigos, y se que soy el mas imperfecto de todos, pero estoy en el proceso del cambio, solo él y Dios lo saben.
Gracias J. por ser tan chévere.