Cada pérdida es muy difícil de asimilar, cuando perdemos un bus, cuando perdemos la hora de entrada de una clase, al perder una oportunidad laboral, es difícil asimilar estos momentos, pero al perder a una persona, un ser querido o una mascota, es más difícil aceptar que simple y llanamente, no hay manera de hacerlos regresar.
Hoy me siento abrumado, tengo clases, exámenes, y ella está enferma, no quiere moverse, le hablo y me mira, pero no responde, ya no tiene la luz en sus siempre vivaces ojos, cada día siento que se está yendo, no puedo aceptar porqué Dios se la lleva de mi lado, si solo ella me entiende, solo ella me escucha y siempre esta presta a darme mucho cariño cuando solo me siento, y a cada instante en que la oscuridad embarga mi alma, ella estuvo pendiente del tono de mi voz, de la hora en que por las noches llegaba para sentada junto a mi escucharme sollozar y gritar o simplemente dormir, siempre ella cuidándome y velando por mi seguridad, y por la de todos los que nos rodeaban.
Intento seguir, pensar que no estamos pasando por esto, no pudo ver como una vida que estuvo conmigo desde un inicio, en cada clase estoy tratando atender, pero todo gira en torno a ella, no veo las horas en que terminen las horas para regresar a casa y echarme a su lado, para cuidarle, alimentarle y conversarle, pero son tan lentas las pulsaciones del reloj, y el sol tarda tanto en ponerse, que la desesperación se vuelve mi dueña haciendo de mi una marioneta temblorosa, logrando derramar en conjunto con las nubes todo el liquido que hay en mí, vertiendo en tierra pena, dolor, desolación e ira.
Tanta ira con Él, que me la dio y ahora me la quita, cuando somos tan felices, cuando la presencia de ella hizo la diferencia en mi hogar, cuando por ella empezamos a tratarnos mejor en casa, ella que logro lo que ningún terapeuta, la unidad en mi familia, y ahora Dios me la quita, no es justo, cada vez que puedo ser feliz, El hace algo para regresarme al mundo real y sufrir y llorar, porque no le gusta verme bien, cada vez que me establezco, después de cada cambio difícil y puedo cimentarme, Él hace lo imposible para derrumbar tranquilidad y sosiego, cómo puede hacerse llamar amor, si hoy me separa un amor de mi lado.
Ver que a cada instante empeora su estado, es difícil de aceptar, ya no podemos salir a correr, no podemos jugar en el patio, se siente vacio en la casa, nadie hace el ruido al caminar como cuando ella pasaba por los pasadizos, solo se puede percibir los resoplidos, los quejidos y lamentos, y la presencia del manto de la muerte que se aproxima, esto es inevitable, a cada instante hay menos recursos para poder correr con sus medicamentos, solo resta pedir a ya no sé quién, que se la lleve tranquila sin dolor y rápido.
No puedo creer que las pérdidas puedan hacer tanto estrago en la vida de un ser humano, tanto problema genera la ausencia de un ser querido, el hecho de asumir que ya no está, el llegar a casa y sentir su ausencia, ver que no sale a recibirnos, o que de lo contrario no la encontramos escondida bajo las frazadas de nuestra cama.
Ha pasado casi un mes desde que empecé a escribir este post, y recién puedo incluir las líneas finales, ya puedo pensar mejor, no sufro tanto y mi corazón no esta tan roto, he perdido al único ser en este mundo que no me pedía nada, y si me daba todo, el único ser que pudo cuidarme y hacerme sentir querido, amado, protegido, defendido, y aunque a muchos les parezca ridículo esto que escribo, y que va dirigido a Sasha, y ¿quién es Sasha?, ella hasta hace unos días fue mi Perrita, una labradora Golden retriever, que supo unir mi familia, supo demostrarnos que podíamos volver a amar y a amarnos, que nos mostro que teníamos corazón para preocuparnos por un perro enfermo, y más por un ser humano ajeno a nosotros, se que Dios la mando para hacer un trabajo especial con nosotros, así como sé que ahora está contenta corriendo en los prados de Dios junto a Crazy mi hija putativa, ella fue hija de Vivi, mi hermana.
Para ella como para mí y nuestras familias, ha sido muy difícil entrar a casa al día siguiente de la pérdida de estos dos ángeles de Dios. Muchos podrán ridiculizarnos por sentir lo que sentimos por esto, pero nos importa un comino, pues nadie ha conocido un amor más puro que nosotros, Sasha y Crazy, las extrañaremos siempre, y JAMÁS nada ni nadie, ni mascota venidera podrá compararse a ustedes las primeras que llenaron detalles en nuestros corazones que nadie lleno, y a veces ni Dios. Pero hoy se que fue Dios quien las mando para eso.
