El andar diario nos aleja de lo
simple, llevándonos a necesidades más complejas, por lo que muchas veces nos
recomiendan buscar la felicidad interna mas allá de la felicidad ocasionada por
cosas ajenas a uno.
Si leemos sin prestarle mucha
atención a la premisa anterior, podemos decir, que es cien por ciento cierta,
la necesidad del ser humano de ser feliz, de encontrar el gozo y la
satisfacción de sentirse amado, ya sea por otros o por uno mismo, es primordial,
no hay ningún dilema en este concepto, pues alcanzar metas, obtener galardones,
tener una pareja, formar una familia y muchas otras ensoñaciones, vueltas
realidad, nos dan como resultado felicidad, todo esto sujeto a nuestra
percepción e intereses muy propios. Hablamos de intereses propios porque muchas
veces también buscamos alcanzar intereses ajenos, lo que quieren los padres de
nosotros, lo que quieren los amigos que hagamos, lo que la sociedad espera de
nosotros, lo que el convencionalismos de las reglas dictan que debemos hacer,
todo esto marca de alguna u otra manera, la percepción de requerimientos
pro-felicidad, no existe persona alguna en el planeta que no haya aprendido a
buscar su felicidad, si antes, no la ha vivido a través de otros, es decir, el
sujeto en su etapa infantil, alcanza el placer alimenticio porque la madre
piensa que la leche con un poco de azúcar pueda gustarle, o que cierta papilla
de alguna marca determinada pueda saberle mejor, también tal o cual marca de
ropa pueda vérsele mejor, claro está que al no poder elegir y no saber cómo, el
niño se sentirá querido amado y por ende, feliz, es así que la felicidad es un
concepto adquirido por el proceso de
aprendizaje del ejemplo, mamá me compra algo, sonríe al dármelo, juega conmigo,
siento cierta sensación de bienestar, es decir me siento feliz, debo aceptar
que lo que ella me enseña está bien, aprendo entonces a seguir reglas y
patrones de conducta que me hacen revivir los estadios de felicidad de mi madre
o de mi entorno, así empezare a tomar la decisión de yo también aplicar el
conocimiento que me han impartido.
Todo esto nos incita a buscar la
placerización a través de los sentidos,
las emociones, las actitudes, la moda, e infinidad de cosas o situaciones,
hasta aquí no hay nada grave, al contrario, todo es paz y sosiego.
Cuan distinta sería la situación
al haber sido enseñados de una manera equivoca, donde la búsqueda de la
felicidad esté ligada al propio maltrato, a la minusvaloración y al enojo. Es
un hecho que sabemos el resultado de una crianza desatinada, o la mala
adquisición de las buenas pautas. Aunque parezca difícil de creer muchas veces,
algunas personas son enseñadas con miras a un buen futuro, y aún así equivocan
el camino, ya sea por el entorno, los medios de prensa, nuevamente -insisto- la
moda, tergiversan el sentido estético de la felicidad; ¿porqué si antes nos
hacía felices comer lo que mamá nos daba? Ahora ¿nos repele?, la necesidad de
ser felices está sujeta entonces a encajar en grupos determinados, muchos de ellos
que creemos son los mejores o mas populares, allí es donde el poder llegar a
tener amistades de un estatus o condición social puede sernos peligroso, cuando
uno se imagina a los chicos populares en cualquier ambiente, lo primero que se
nos viene a la mente es que la persona sea delgada, de rasgos finos, cabellos
rubios quizás y ojos claros, muchos de las personas al pasar por la
adolescencia, se cuestionan frente al espejo, porqué yo no soy de tal o cual
forma? Entonces entendieron que uno debe buscar la felicidad, pero no
aprendieron que no se debe buscar la felicidad a pesar de uno mismo, es por
ello que muchos hacen cambios drásticos en sus maneras de vestir, andar, en las
conductas que admiran y luego aprehenden
para si, empezando a consumir tabaco, alcohol, drogas y en muchos de los casos,
dejan de alimentarse para encajar en el grupo de los chicos y chicas bonitas y
delgadas, buscando ser felices, algunos logran el cometido, bajan de peso,
adquieren nuevas maneras de comportamiento, y se hacen al grupo popular y
llegan a serlo, otro grupo, por más que lo intentan no lo logran entonces se
retan a ser más delgados, se retan a mejor no comer, y lo poco que ingieren
eliminarlo lo antes posible, así es como vemos la anorexia, bulimia, vigorexia,
enfermedades que inciden en la falsa percepción del ser humano. Buscar la
felicidad en este caso logra volverse peligros, nocivo, castrante nada
prometedor
¿lo que a otro le da felicidad,
me la puede ocasionar a mi?
No, y mil veces no, el buscar la
felicidad está bien, si es que no atento contra mi vida ni la de otros,
mientras no destruya mi entorno y a mí en el, puedo seguir caminando en la
felicidad, o procurándomela sanamente, pero la idea irracional de alcanzar la
felicidad por lo que los demás me hayan insinuado, o lo que la situación me
haya mostrado, no debe ser eje de mis sueños, o de mis desvelos, debo aprender
a saber que la felicidad no me provoca adicciones, o enfermedades, que lo que a
otros les hace feliz a mi puede matarme, deberíamos ser enseñados a aprender el
trasfondo de las cosas y las situaciones, si bien es cierto la critica hacia
uno mina en la autoestima y el sentido de pertenencia la afirma, debemos tener
presente que muchas veces afirman una autoestima engañada, borrosa y
transfigurada, la cual no debe ser potenciada sino suprimida, eliminada y
vuelta a enseñar, lograríamos grandes cambios, sino se hicieran estándares de
belleza o de poder, se debería empezar a
regimentar una ordenanza de individualidad bien constituida y de respeto al prójimo,
donde las particularidades, y eso que nos hace distintos y únicos, nos hace mas
plurales, porque la única forma de pertenecer realmente a algún lugar no es ser
todos iguales, sino ser tan diferentes para poder contribuir al desarrollo del
grupo, de uno mismo como ser humano y de la sociedad como meta final.Debemos cambiar las filosofías de mala adecuación y falsa pertenencia, saber que la búsqueda de la felicidad no está en ser igual al otro, sino ser tan original y propio en las ideas y decisiones que contribuyamos con la mejora educativa, social, política, religiosa y demás entornos que nos influencien y nosotros a ellos, es así como lograríamos un plan a larg plazo, que fundamente mejor las bases de la fortaleza humana.