Han pasado tres años desde la ultima vez que hable de mi, y en este tiempo mi mundo ha cambiado en todo sentido, la última vez que hablábamos, lo único que deseaba era morir, el amor para mi, me había causado tanto daño que la esperanza de volver a ser feliz, por Dios que era inexistente...
La fe en Dios,
no era parte ya de mi diario vivir, entonces decidí caminar por el mundo, ya
sin sentido, solo buscando "divertirme", buscando en foros de chat de
encuentros, yendo más seguido a discotecas, bebiendo más de la cuenta, lo que
me ocasiono ser drogado o como le dicen por aquí, “Pepeado” mas de una vez…
Buscaba ser un pasajero de
este ultimo bus, porque si lo recuerdan, me habían detectado Leucemia, a pesar
de lo mucho que quise aferrarme a la vida, tuve un horrible golpazo con la
realidad, se acordarán que me había enamorado fuertemente de un Chico Chinito,
lindo el! Y a pesar que me prometió quedarse a mi lado, pues el mintió otra
vez, como cada vez que se iba y no se podría saber si le vería la semana
siguiente o a los meses… obviamente no iba a desperdiciar el poco amor que
quedaba en mi ser, y decidí dármelo a mi mismo, por ello le deje ir, por ello
me deje convencer por mis propias conjeturas, por el sentido común, pues para
ser honestos, estábamos destinados a fracasar en todo sentido, ambos líderes
cristianos evangélicos (el practicante y de closeth, yo ya fuera de la iglesia
y fuera de todo liderazgo) el con sus patologías, yo con mi baja autoestima, el
familiar de un líder cristiano reconocido y por ende de una familia muy peculiar,
esto sería si o si un desastre, pero como siempre, yo tan idiota, me aventé a
la nada, esperando tirar de los hombros y encontrar un paracaídas, paracaídas
que jamás abrió, paracaídas que solo en mi imaginación, sueños o estupidez
existió.
Entonces, se fue, le dije
en mi corazón, vete de mi, y con el mi corazón también se marchó.
Tomó la decisión de
desaparecer y con ello, mis esperanzas de amar, mis esperanzas de algún día ser
perdonado, de alguna vez perdonarme por haberme metido a un vehículo sin frenos…
Cambalache de historias
inconclusas, revoltijo de amores, desventuras y besos fugaces, sometidos a los
latidos de las noches, de las luces multicolor y del humo tan falso como mi
sonrisa, falso como las palabras de amistad que me encontraba noche tras noche
en las distintas pistas de baile, en los fondos de los tragos que bebía, falso
como el fuego de mi sonrisa, una vez más falso, para poderme engañar que debía
seguir adelante…
Conocí a muchas buenas o
malas almas, me reencontré en tantos ojos, en tantas circunstancias, mientras
que mi fuego se iba apagando, así como las ganas de vivir, iba yo mismo
apagando las ansias de comerme el universo, y cuando me di cuenta, tan solo era
un ser hueco, vacio de todo, lleno de nada, inmerso en la letanía de las horas
oscuras de dolor, oscuras de todo, oscuras de mi.
Hablaba con uno, con otro
o en ocasiones con alguna (recordemos que soy bisexual, o eso creía en ese
momento).
Y entre muchas sábanas iba
quemando segundos, iba perdiendo hasta las ganas de cantar… recuerdo un día muy
ebrio yo (creo que se había convertido en cualidad) elevé la voz y cante una
canción que en este momento no recuerdo, pero brotaron lagrimas de sangre,
recordando los amores que me dolieron, que me hirieron, amores que me permití
amar aun cuando no me dieron si quiera cariño… lloré por el primer ser que me dio
por respuesta “yo no te amo” luego que yo se lo dije mientras hacíamos el amor,
lloré por Demetrio que luego de tres años y al finalizar nuestra celebración de
aniversario, me terminó, lloré por Daniel, el Chino por el cual arriesgué todo
y me enfrente a mucho, lloré por cada amante donde busqué una caricia o espere
una emoción que no pude encontrar, y lloré y cante… recuerdo que escuché
aplausos, me avergoncé, sonreí, corte mi tensión con un chiste (muy típico de
mi cuando no sé qué decir o cuando necesito huir) caminé a la mesa donde estaba
el grupo de turno, entonces un muchacho se me acercó llorando me abrazó, la
conversación fluyó, es mas que seguro que deseaba que esa noche pudiera
brindarle un pecho donde dormir, pero lo que menos deseaba era despertar en
alguna habitación desconocida, solo necesitaba llegar a mi cama y llorar
mientras me escupiera por dentro… logré zafarme, no sin antes darle mi número,
prometiendo conversar…
Los días pasaron y las
conversaciones con este chico (creo que se llamaba Cesar) se enfocaban en mi
voz, en cantar y en empujarme a arriesgarme yendo a algún casting, obviamente
no pensaba hacerlo pues, para ese entonces, me había convencido que mi voz era
horrible y que yo no podía servir para nada.
No sé cómo fue pero me
convenció de ir a un casting, recuerdo que estaba pactado para un domingo, la verdad
no quería ir, pero Cesar me llamó tantas veces hasta que por cansancio le
contesté, me hizo levantarme de la cama ir a la ducha y alistarme… el casting
era hasta las tres de la tarde y salí de casa plan de dos, desganado, quizás pensando
en decir que había ido y que no lo habría logrado, pero cesar al parecer estaba
muy interesado en ayudarme o en mi o que se yo…
Lo gracioso es que
mientras hablaba con el por teléfono hacía citas con otras dos personas para
esa misma tarde y noche, (reconozco que era un asco mi vida, se podría decir
que era una zorra o como le quieran llamar)
Llegué al edificio y me
dije, ya pues que? Y entré…
El casting era en el piso
siete, subí al ascensor, un ascensor antiguo, de miedo me baje en el tercer
piso y preferí subir las escaleras, pues a cada piso que pasábamos, se sentía
que se descolgaba un poco, y recuerdo que me dije, ahora por un casting termino
muerto en el elevador y me reí…de pronto pude sentir miedo, pude sentir que
algo estaba por ocurrir, y como cada que ello me sucede, pues oro, y pido a
Dios me proteja… llegué al piso número siete, llegue a la puerta donde debía
tocar y antes de hacerlo vi que había una ventana que daba a una pequeña sala
de ensayos, en una esquina una computadora un par de chicas riendo, un muchacho
o muchacha (no lo supe hasta después, era un chico…)
Cuando iba a llamar a la
puerta, me dio miedo, ya estaba bajando, cuando sonó el teléfono una vez más, Cesar,
me dijo ya llegaste? Y le dije, si estoy llegando, volví a subir los escalones, le dije que tocaría, que
le llamaría luego (fue la última vez que hable con él en mi vida).
Me arme de valor, recuerdo
que me dije, ya idiota ten los huevos y toca, y toqué…
De pronto se abrió la
puerta y JURO que nunca mi vida volvió a ser la misma… luego les cuento que más
pasó, -mi mamá está llamando y me necesita, hablamos luego-
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